Herba Orgánica

Los Otros Territorios llegó a Herba Orgánica el 17 de noviembre de 2019, sí un día después de conocer Huehuecoyotl, y fue de la mano de Toña Luisa Osher. Junto con ella y Marina (una mujer increíble que vive en Tierra Amor, otra ecoaldea) emprendimos un corto viajecito hasta Yautepec de Zaragosa, Morelos (peripecias del viaje me las guardo) en donde se encuentra este maravilloso proyecto.

Ahí nos recibe nuestro anfitrión, Héctor López Flores y casi sin decir más que hola y bienvenidas comienza nuestro recorrido por este mágico bosque.
Héctor dueño de una mirada serena que inspira tanta confianza como tranquilidad mira como quién siente la paz de estar en el camino correcto. Una mirada que devela tanta lucha como sabiduría, una sonrisa que sólo tienen quienes son sinceros. Con gran entusiasmo nombra cada una de las especies que ahí vive y no deja de convidarnos un poquito de cada una, mientras se ríe y dice “en un bosque comestible se tiene que poder comer todo lo que hay”. Sí, Herba Orgánica es un bosque, y no cualquier bosque, sino un bosque comestible! Allí se encuentran 250 especies en general, 50 frutales, 90 forestales y el resto son especies improductivas.

En palabras de Héctor: “es un proyecto familiar, ante una situación que estamos viviendo la humanidad en general… hay mucha incertidumbre, antiguamente tenías en qué apoyarte, tenías una comunidad, tierras, instrumentos, recursos. Hoy en día no lo tenemos. Tú trabajo es muy inseguro aunque tengas tres carreras. Yo me casé muy grande, muy tarde. Tenía 39 años. Y me preguntaba qué voy a hacer que valga la pena. Quiero hacer algo diferente
Piensa unos segundo y rememora “Yo de chiquito crecí en un bosque. Para mi la madre naturaleza es madre naturaleza, es literal. Como muchas familias había apantles, un río Yahutepec, y yo de niño pescaba, cazaba codornices, faisanes, cangrejos, chapulines, iguanas, ya más grande, venado, conejos, todo lo que se meneara… para la panza! Hay una película que se llama Tizuak era un indígena que cazaba con una honda y así me bautizaron en mi pueblo, y luego ya vendía y así ayudaba a mi mamá, empecé cuando tenía 7/8 años y seguí hasta que terminé la preparatoria. Y luego vi que comenzaron a entrar máquinas en los cerros, y vi que se empezó acabando la vida en los apantles, en los ríos, y a mí me dolió eso muchísimo… y luego vi que en mayo/abril hacía mucho calor y pensaba cuando sea grande voy a hacer algo por eso. Y hoy tengo un bosque. Reproduje un bosque porque para mí representa comida. Así esto es un sueño que tengo de niño. Porque yo siempre comí de la naturaleza. En mi pueblo había una laguna, de donde agarrábamos el agua para tomar, que venía de un volcán el Popocatepelt, agua a 14ºC y había truchas ahí y me las ideé para cazarlas. Yo llevaba comida a la casa. También ranas, ranas tigres y ranas toro. Mi mamá tenía su cuñado que iba a cazar ranas, y mi mamá hacía chileajo con las zancas de rana, todo era comida. La gente no se percata, pero yo sí, para mí se está acabando la comida, y hay gente que dice está en el supermercado, pero eso es otra historia. Por eso mi lucha, por eso mi actitud. Me decían que estaba loco. Mi suegro, que es un hombre muy especial, tiene tres hijas y le gustó el proyecto y mi dijo: vamos a vivir aquí como si tu fueras mi hijo, y le ha hachado mucho trabajo«. A modo de reflexión dice: “el bosque no te deja morir de hambre” Volviendo a su historia personal comenta: “a mi la carrera de biólogo no me convencía, me faltaba algo, no me imaginaba en un laboratorio, y tampoco en la tierra, porque yo no fui campesino, yo no tuve tierra, mi padre no estuvo mucho conmigo pero no fue campesino, yo jamás labré la tierra, yo quería vivir silvestre, comer del cerro. Y es literal siembra una vez y diviértete el resto de tu vida, no te esclavices. Mi suegro estaba deprimido. Pero ya se compuso el tipo y la familia también porque si papá esta mal la familia está mal. Vivir en un bosque es algo mágico. Y mi cuñada que es arquitecta y no sabía bien qué hacer también colabora y está felíz, esos son los beneficios sociales que da todo esto. Hace como un año vino un ruso, y decía esto está bien bonito. El es físico cuántico, pero es muy aburrido y se dedica a cultivar abejas al pie del Popocatpelt… yo me doy esa satisfacción, no me interesa convencer a nadie, a mi me gusta compartir. Yo no educo, yo inspiro. Todavía no se terminan de inspirar mis hijas y mi mujer, como pasa, pero mucha gente que ha venido luego vi que se pusieron su proyecto. Pero no soy yo, es todo el proyecto. Yo tampoco aprendí solo, mucha gente colaboró. Cada vez es más. Yo empecé hace 25 años, solo, me casé hace 17 años. Obviamente no hemos terminado, hay mucho trabajo que hacer, pero vamos bien. Nuestra unión potenció esto
«

Entonces hace 5 años yo le decía a Toña para cuándo crecerán y de repente ya estamos debajo de los árboles. Vas viendo errores, vas mejorando. Obviamente a veces faltan recursos, pero vamos mejorando. El bosque te va diciendo como se va dando. El bosque tiene una personalidad. Me hubiera gusta tener mejor tierra para frutales, pero todo tiene un valor. Uno aprende también de la gente que viene, hay una retroalimentación. Otras generaciones lo mejorarán, yo estoy súper convencido de que este es el camino. Yo vi en un documental que Mollison hizo crecer frutas en el desierto, a mí me inspiró muchísimo. El tipo inspira. No se trata de una educación como la que plantean en la universidad, es más bien una inspiración. Que te inspires, que te enamores, que dejes que tus interiores trabajen y se materialicen. Me hacía falta trabajar la parte espiritual, la parte emocional por eso me sentía incompleto. Ahora me siento satisfecho, contento. Siento que he aportado algo a la humanidad, a la comunidad, aunque sea chiquito. Doy terapias en una clínica de adicciones y estoy aprendiendo PNL, y hay que tener cuidado con lo que uno manifiesta. Creo que valió la pena, es mucho trabajo y para que no lo sientas tienes que estar enamorado de lo que haces, yo no siento que haya trabajado, siento que me divertí mucho, fue muy gratificante, creo que ha valido la pena.


El recorrido por el bosque ha sido realmente para disfrutar con los cinco sentidos, un muestrario de vida, diversidad, colores, aromas, sabores, conocimientos, una delicia tanto para el intelecto como para el cuerpo y el alma.

Lo primero en mostrarnos fue árnica y explica “en un bosque tiene que haber belleza” y añade “tenemos árnica roja, amarilla, y vienen colibríes entonces hay comida para colibríes”. Continúa “hay papaya, este es macho, los machos no dan, pero este dio una, así de abundante a veces es la naturaleza; esta es quita manteca, sirve para bajar de peso; y esta chulada, se usaba para lavar los trastes, la ropa, tiene sapolinas, se usa dierecto con la hoja cortadita; hay frijol silvestre, es de la zona, pero hay que reconocerlo. En poco espacio tenemos mucha vida, mucha diversidad, belleza, sombra, tinturas, comida. Esta es annona, antiguamente se usaba para trancas, grandes puertas, soporta lluvias, el sol, puede durar hasta 100 años a la intérprete la prioridad es que la gente las conozca, vamos a cultivar más. Esta es una planta, pariente de la alfalfa, es muy rica en proteínas, se usa en tamales se llama chipil o chipilin«
Hace una pausa (cosa que no ha sucedido muchas veces durante el recorrido) y corta hojitas de dos plantas, vuelve y nos hace sentir una con una mano y otra con la otra mano; “son clavo y canela” dice mientras se ríe felíz. Continúa “tenemos un neem, tiene todo un rollo de purificación, un bosque no se tiene que fumigar, solito se tiene que mantener… te puedes ir a la fiesta y dejar que tu bosque crezca, hay que trabajar pocos días y cosechar muchos, eso les enseño a los que vienen de la universidad
Piensa unos segundo y nos comenta “hasta ahora no ha habido apoyo de ninguna institución, este tipo de agricultura no se difunde
Nos hace tocar con el dedo y oler… es perfume… “qué rico!!!” decimos las tres. Héctor explica “es normal que el hombre diga a ver cómo puedo poseer esto, en México hay como 70 variedades se usa para perfumería, sassafrás, no crece aquí, crece en Veracruz, pero como el clima es parecido y entonces va muy bien, hemos hechos talleres para escolares
Luego, Héctor se detiene y dice algo con lo cual se ganó mi corazón para siempre “Uds no son mexicanas, pero tienen corazón de mexicanas, hay que hacer proyectos productivos para la comunidad” y entonces reflexiona “un bosque de alimentos, lo padre es que tiene riqueza y puedes aprovechar el espacio de distribución horizontal y vertical”
Continuamos caminando, Héctor señala algo y dice “saben que es: cúrcuma! Está aquí a la sombra del naranjo, se ayudan. Esta vegetación no permite que entren los rayos, tiene más humedad, y le da aire al naranjo, entonces no necesitas arar” y sigue “tengo dos testimonios de gente que se curó” Marina aporta que la cúrcuma es una de las plantas que tiene un estudio científico serio y se considera sobre todo para las mujeres. Héctor nos cuenta: “a una señora le dimos un taller hace 10 años y nos dijo convencida que se estuvo tratándose con cúrcuma y se sanó”, no explica que ella tenía cáncer. Marina aclara que “sólo que la curcumina hay que consumirla con pimienta o aceite de coco o con ghee para que puedas fijarla, sino la meas…

Enseguida vuelve Héctor al recorrido “ese arbolito, es una moringa. La famosa moringa! Es enorme! Si yo lo bajara ahora en la semana son dos kilos de moringa deshidratada y molida. Cada kilo son $2000 y puedes comer. Cada tres meses tienes, se cosecha como 5 veces al año. Eso es lo padrísimo del bosque estás cosechando todo el año. Ahorita es época de flores, cosechamos como 80 litros de miel… solo una vez al año. Una mil de muy buena calidad, imagínate la diversidad de flores.” Casi sin parar sigue: “este es un ciruelo, esta es un cafeto”. Frena por un segundo y dice: “esperen antes que me olvide” y nos trae unas hojitas “arando, se toman un te, dos hojitas por taza, es anticancérigena y muy rica”. Mira un árbol, sonríe y explica «este es un arbolito mexicano, me encanta porque siempre está floreciendo, berenjena silvestre le llaman, es de Veracruz” Mira hacia abajo y continúa la explicación “aquí abajo hay una albahaca, pero esta es mexicana. (El olor a albahaca) tiene los mismo atributos que las otras, es bueno asociar la Melisa con la albahaca para tratar la colitis nerviosa; esta se llama margarita silvestre, la colecté de cañón de lobo… ya van a venir las abejas a traer su néctar; estas son las semillas del huaco… las flores son muy exóticas… Este árbol es nativo de aquí, se llama canelillo y también está por florecer; tenemos un plátano; aquí tenemos mentas, oréganos, albahacas, camote morado, chiles, yuca, esta variedad es más dulce que la normal«. Mientras muestra su abundancia comenta: “aquí dicen que estamos en crisis… pero bueno” Continúa con su explicación: “ese arbolito es un canelo, ya grande, se puede hacer te con la hoja directamente… tiene un olorcito divino; este es un tulipán rojo intenso
Hace una pausa en su muestra de variedades para explicar que “un bosque no se aprende en la universidad… porque la universidad tiene contratos para formar técnicos que luego compren a monsanto… yo no… no te voy a recomendar eso… yo te voy a recomendar plantas… a veces quieres cambiar al mundo… y tienes que cambiar tu… tienes que plantar cosas que no contaminen… Llevamos 15 años con este proyecto, en este terreno llevamos 5… antes estuvimos en un jardín botánico… y nos tuvimos que ir porque se terminaba el contrato, pero yo ya no quería seguir con un jardín botánico… los jardines botánicos a nivel mundial son la extensión de la institución… tampoco funcionan” interviene Toña diciendo que “son como museos” y luego continúa Héctor “hay que devolverlo a la comunidad, tiene que ser un conocimiento de la comunidad…El concepto, la propuesta tiene que ser de la comunidad”

Toña pregunta por la opinión de los vecinos, porque alrededor “son desiertos” y dice: “es que era pelón, completamente pelón. Pero lo que tu ves ahora yo lo vi antes” Héctor cuenta que «el señor de al lado está enfermo de los riñones y ya vi que trajeron un árbol de aguacate y luego uno de banano… y así va pasando” Le pregunto cómo se siente al ver eso “Súper… esto es para que la gente se inspire” y luego sigue: “por aquí tenemos chile… y esto es parecido al orégano; este es una higuera, en esta pequeñita había 100 higuitos; este es un guanábano” y ahí nos pide que hagamos silencio… fue impresionante cómo se escuchaban las abejas, impresionante la cantidad. Toña me cuenta que hay más de 80 tipos de flores que se pueden comer. Dos pasitos más y dice Héctor: “esta es una planta que se usa para el cultivo de gusano de seda, el fruto es buenísimo, para hacer aguas, licuados, mermeladas; y este árbol se llama palo dulce o palo azul, también para hacer tinturas, también queremos que se use para bioconstrucción, es una madera durísima y de rápido crecimiento. Y también es antibiótico. Esta es una Artemisa, lo padre es que produce mucho polen. Hemos hecho algunos cambios, este es un carambolo y aquél un ciruelo, dan batalla a las hormigas. Pero los cambié de lugar porque estaban en otro sitio no estaban contentos.

Con respecto al “problema” de las hormigas Héctor tiene una actitud y técnica bien simple, hasta obvia me permitiría decir, pero por supuesto no es lo que suele hacerse “usar plantas que no les gusten a las hormigas… yo no voy a hacer nada en contra de la vida… hay que ser funcional… ir a favor de la vida… Por ejemplo las rosas les encanta, la gente quiere rosas… habiendo tantas otras flores hermosas y comestibles” Luego de su comentario vuelve al recorrido “esta es una escoba, literal para barrer, estamos recuperándola porque se estaba por extinguir, para que la gente la conserve; eso es un sapote blanco, ahí hay un toronjo; esto es capitaneja” Pregunta Toña si es un problema que las cosas estén muy tupidas, Héctor explica que “cada especie tiene que estar cómoda, conocer la especie para saber cuánto espacio necesita”. E inmediatamente sigue: “este es un pariente del cerro rojo, sierve también para la diabetes y el dengue. Aquí está la ceiba. Sirve para hacer utensilios de cocina, muebles. Para los mayas es sagrada. Si la tocas suena como hueco, piensan que conecta con el inframundo. Y su fibra también tiene muchos usos; este es un amate, hay como 80 distintos en México. Llega a medir como 40 metros

Con estas plantas sagradas se termina este recorrido y Héctor nos muestra el sitios donde van a hacer un invernadero y otra cisterna.
Si quieren conocer más sobre Herba Orgánica pueden
hacerlo aquí.

Nos vemos en el camino

#LaOtraJulia

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