Yunuen, una habitante de Cherán
En su tercer viaje a México la Otra Julia lo tenía clarísimo: este año visitaría Cherán.
Territorio libre, autónomo e indígena. Territorio que inspira, crea y crece. Una lucha que se inició con la defensa del agua y culminó en el reconocimiento del estado mexicano de la autonomía de este espacio del pueblo purépecha.
La Otra Julia esta vez llegó por Cancún, dónde fue recibida por su hermana danzante Cristina del Razo. Cuando la Otra Julia le cuenta sus planes, Cris se ríe y le dice “en Michoacán está toda la banda”. Cris se refería a su madrina, Carmen Mason, y a todxs lxs buscadorxs de visión de la montaña de Yoricostio. Porque así de íntima es la relación entre danzantes, buscadores de visión y la defensa de la tierra. Porque para ella danzamos y hacemos nuestras ofrendas.
Y así fue que luego de su tercera danza, La Otra Julia partió rumbo Michoacán para pasar día de muertos en esas tierras mágicas. Pero también, y especialmente para conocer Cherán y sus luchas.
Así fue la cadena mágica de encuentros: Cris, su hermana danzante, la contacta con Kiki, Kiki con Yareli, y Yareli con Yunuen.
Entre festejos de días de muertos y un retiro lunar en Yoricostio, la Otra Julia se encuentra con “toda la banda” de Michoacán y luego parte por fin a conocer Cherán.
Pero por supuesto que la Otra Julia no llegó a Cherán un día cualquiera. Llegó justo para una ocasión muy especial: la presentación de los cortos de Ambulante Más Allá.
Hablemos un poquito de cine independiente y social.
Yareli y Yunuen fueron parte de la séptima generación de Ambulante Más Allá.
Ambulante es una organización sin fines de lucro dedicada a apoyar y difundir el cine documental como una herramienta de transformación cultural y social.
Fundada en México en 2005 por Gael García Bernal, Diego Luna y Elena Fortes, y dirigida actualmente por Paulina Suárez, la organización busca movilizar espacios de encuentro y acción colectiva para construir otros mundos a través del documental.
Ambulante Más Allá, es el área de formación de Ambulante que tiene como objetivo capacitar a nuevos realizadores provenientes de diversos rincones de América Latina. Por medio de talleres modulares, Ambulante Más Allá fomenta la realización cinematográfica independiente para lograr que estas historias sean contadas desde una perspectiva cultural y estética propia, que no surja de la imposición de parámetros cinematográficos convencionales. Más información sobre este proyecto aquí: https://www.ambulante.org/
Resulta que la Otra Julia llega a Cherán en el marco de la presentación del corto en el que participaron Yunuen y Yareli: “Tsihueri, el que fue valiente”
Sobre el corto:
“La ausencia de Tsihueri desde el dolor de sus amigos, padres y hermanas; nos acerca al interior de una familia p’urhepecha, donde la música y el recuerdo es el hilo que une el deseo de que el presente sea diferente. Acompañamos el diario vivir de un hogar donde hay un proceso pendiente de justicia”
País: México
Dirección: Torres Ascencio; Yunuén
Guión: Yunuen Torres; Ascencio
Producción: Rivera García; Yareli Patricia
Fotografía: Jimenez; Javier Rafael, Niniz Rojas; Miriam Daniela
Sonido: Bravo Calderón; Néstor Antonio
Música: Torres Sánchez; Ramiro
El documental no solo retrata el dolor de una familia sino también pone de manifiesto los desafíos por los que tiene que atravesar la justicia en contextos de procesos de autonomía.
Algo que nunca debió suceder en este ni en ningún territorio nos lleva directo a algunos interrogante: ¿A quién corresponder investigar? ¿El proceso de autonomía de Cherán le quita competencia a la justicia estatal? ¿Pueden convivir dos sistemas jurídicos? ¿Puede haber articulación entre más de un sistema jurídico?
Este corto no busca dar respuestas, sólo retrata una situación, un momento determinado dentro de la vida de una familia y de esta comunidad.
En este contexto de festival de cine la Otra Julia conoció Cherán.
A Cherán y a Yunuen, a Yunuen a toda su familia.
Porque si hay algo que la Otra Julia y Yunuen comparten es su condición de “metiches” porque la Otra Julia para contar historias también tuvo que andar de “metiche” por ahí. En esta oportunidad metida entre cineastas. Compartiendo sus momentos libres y comidas.
Fue hasta el final del festival que Yunuen tuvo un ratito para charlar con la Otra Julia y de esa charla se trata esta historia.
Mujer indígena, versátil, trabajadora cultural, especializada en temas como territorio, memoria, comunicación, desarrollo sustentable y economía solidaria, cineasta y constructora de paz, se presenta como “una habitante de Cherán que intenta colaborar en lo que puede y que anda de “metiche1” por ahí.
1Definido por la RAE como entrometido
¿En qué te andas metiendo? Preguntó La Otra Julia.
– Pues, me ha tocado como dar la voz de muchos espacios, explicar un poco de lo que intenta ser el proyecto de Cherán, que es un proyecto de vida comunitario, y también por estar involucrada en la radio, haber sido ya parte de la estructura de gobierno de Cherán, trabajar ahorita principalmente con mujeres de diversas generaciones, que nos tiene muy entusiasmadas. Entonces al final todo se va encaminando a tener una postura de trabajo muy claro, con mujeres que le apuestan al tema de mantener viva la memoria en muchos sentidos, porque creemos quién de no terminamos de entender también todo el proceso y lo complejo que es lo que Cherán intenta hacer, entonces estamos de metiches ahí diciendo “oigan pero esto ¿cómo se dio?, cuestionando muchas cosas, porque sentimos que muchas personas de la comunidad también tienen esa duda e intentamos traducirlo en distintos lenguajes, ha sido un trabajo que hemos venido haciendo desde una colectiva de mujeres, hay compañeros que nos apoyan pero la fortaleza está en las mujeres, y a partir de eso hemos trabajado sobre relatos y ahorita con un tema bastante interesante que es apostarle a la autonomía tecnológica, que pareciera que es imposible, pero que nosotros estamos diciendo si es posible pensar por ejemplo en una internet, es raro decir que ese lenguaje también puede ser de una comunidad y que también puedes hacerlo posible. Entonces ese primer nivel que es una intranet, que es a una escala más chiquita que se va aproximando a algo más complejo como una internet, nosotros empezamos a decir si esta es una herramienta que también en teoría como todo en el mundo surgió como una parte de una política pública, no sólo en nuestro país sino en todo, y que no es cierto porque se concentra en grandes capitales con gente que toma decisiones desde otros lugares, con gente que pone precios para mantener información almacenada, o gente que cuando tu subes algo a la red se queda con una parte de esa de la propiedad. Entonces pensar con una lógica de eso a una pequeña escala y que puede ser una posibilidad como una herramienta, y porque ya lo veníamos viendo a esa preocupación también. O sea, es una realidad y más con esto que está pasando estamos todo el mundo muy cercanos a los dispositivos, sentimos que la intranet puede ser una oportunidad para recopilar todo lo que se ha hecho en Cherán, todo lo que hemos hecho también, y que sea una plataforma para sacarlo y que tenga lógicas comunitarias y que nosotros decidamos qué se sube y qué no se sube. Con el sentido comunitario de esto, esto por qué si va, esto por qué no va, esto con qué pautas va, y esto en qué nos beneficia si está. Entonces ha sido un proceso largo, pero ahí va, va caminando, y al final creo que estamos llegando a cosas que intentamos. Ya tenemos muchos años trabajando. Éramos más morrilas, desde el 2009 y luego nos cuesta ver todo lo que hemos hecho, y al final del día si se nota, el trabajo que poco a poco se está picando y al final tiene un resultado. Y estamos muy contentas. Justo en este momento, por ejemplo siempre tratamos de apostarle al tema de lo visual, sin ser realmente conocedores del tema ni expertos o que alguien de nosotros haya estudiado algo así, pero nos llama el tema de comunicar de muchas maneras a través de distintos lenguajes, y entonces con las habilidades de muchas de las compañeras usamos los retratos o fotografías de las personas de la comunidad. Pero que no estén sólo por estar, sino que jueguen con una lógica de empezar a tomar elementos que son propios de Cherán. Decidimos empezar a jugar con el bordado, que es el tejer de acá, que es lo que nosotras usamos a diario en el vestido, y luego el rebozo, y así jugar con esos elementos y las fotografías nos llevó a ganar una bienal en Puebla recientemente, entonces estamos muy contentas porque a parte fue un trabajo colectivo.
– ¿Todo eso desde esta agrupación de mujeres?
– Si
– ¿Cómo se llama?
– Mujeres por la Memoria.
– ¿Y empezaron en 2009?
– Si. En realidad todo emanó de lo mismo. Nosotros empezamos con un colectivo que estaba centrado en el trabajo ecológico y de producciones de radio y el trabajo con niños. Y eso poco a poco ha ido arrojando otros espacios y que al final cada proyecto que está enmarcado en una cosa específica intentamos que sean como estas ramitas que van saliendo de lo que empezó. Eso que empezó con el trabajo con niños y radio ha detonado en trabajar en fotografías, en trabajar con relatos, en trabajar con la imagen, en seguir buscando hacer radio pero para comunicar la voz de las mujeres, en seguir visitando a nuestras mujeres y reconocerlas. Este proceso ha sido muy bonito porque detonó también de un interrogante. Queríamos decir que cuando hemos estado con las mujeres hablando, cada una tiene su historia y cada una es feliz a su manera. Y eso nos costó entenderlo. Algunas mujeres nos dicen “yo no soy como ustedes que está involucrada en esto o en lo otro, o en la parte política quizás digo que no me interesa y lo asumen los demás en mi casa, pero yo soy feliz siendo como soy, teniendo una familia y atendiendo a mis hijos”. Y a veces esas posturas también duelen, porque en el discurso actual, es como que una mujer no tiene que estar sólo en la cocina o al servicio de su familia, y ella dice “no, pero eso es lo que yo quiero, es lo que soñé toda mi vida y así estoy bien”. Y para nosotros han sido golpes fuertes, pero dices “si es cierto, cada quien desde su lugar está haciendo con su vida lo que quiera”
– También es válido.
– Exacto. Entonces nos ha tocado entender un poco de todo, chocar en el buen sentido con las abuelas por ejemplo, que de repente nos ven en la calle y nos dicen cosas como “a su edad yo no hubiera imaginado andar a estas horas en la calle así, entonces es un logro y yo felicito que ustedes estén haciendo lo que hacen”. Entonces con palabras así tu dices “lo tenemos que seguir haciendo” Y nos hemos dedicado a eso a seguir buscando el sentir de eso, y todo a terriza en el interrogante: ¿A qué mujer de la comunidad de Cherán admiras? Y fue interesante porque cuando largamos el interrogante lo más próximo es a mi mamá, a mi abuela, con en la familia. Y fue bien bonito descubrir que no, que las señoras se fijan y dicen “Yo admiro a doña Juana de tal barrio porque en tal momento cuando estaban todos los hombres hablando y organizando ella se metía, y la gente la criticaba porque decían cómo ella andaba ahí, y yo decía ¡qué valor! ¡Yo quiero ser como ella!” Y esa era la admiración. Entonces fuimos a hablar con la hija de esa señora, porque ya falleció, y al principio la señora estaba seria y nos respondía solo si o no, hasta que le dijimos que íbamos porque había una mujer que admiraba a su mamá, y que por eso queríamos conocer de su mamá. Y ahí la señora cambió el semblante y nos dijo “jamás aquí se había reconocido lo que mi mamá ha aportado a la comunidad, qué gusto que lo estén haciendo”. Y no manches, frente a todo eso sentimos que es necesario que lo sigamos haciendo.
– Wow qué emocionante. ¿Y todo eso dónde lo tienen?
– Está en una página que se llama cherankeri.com y ahí subimos todas las fotos. Intentamos en todos los aniversarios desde el 2015 colaborar con alguna exposición. Han sido exposiciones en el marco del aniversario, algunas intervenidas con frases en Purépecha, algunas otras jugando con los retratos de los adultos mayores y de los niños, algunas otras que han sido dedicadas sólo a las mujeres, otras más bien cuestionándonos cómo es que el bosque ve a la comunidad y no el discurso de cómo nosotros lo vemos a él, y más bien cómo desde allá se lee a la comunidad. Intentamos aterrizar todo eso siempre en alguna expo fotográfica y con muy buenos resultados. Ahora esa de cómo el bosque ve a la comunidad se llama “Cheran queri y el cantar del bosque” y nos acaban de avisar que tres fotografías de esa serie fueron seleccionadas en una exposición en Berlin y nosotros nunca nos imaginamos que pudieran llegar a esos espacios, y si es un momento en el que sabemos que tenemos que seguir trabajando con las mujeres. Y estamos contentas, o sea, no imaginamos el impacto de esto y todo ha sido así, porque no hay un afán de protagonismo, no hay una idea de centrar la autoría en alguien y porque tratamos de replicar la visión de Cherán de que las cosas se hacen en comunidad y que lo colectivo es lo que prevalece, por eso no hay una autora, nos asumimos como un colectivo que está presentando cosas. Y eso también les choca cuando de repente en los registros preguntan “¿Cómo un grupo? No, no puede ser así no se puede registrar” Entonces la solución que nos dan es se repeta Mujeres por la Memoria pero nos piden una representante. Y bueno, ahí la cosa cambia, porque nos están asumiendo como colectivo.
– Te escuchaba y pensaba cómo se traslada la mirada individual en los formularios, ¿verdad? “Nombre y apellido” ¿Cómo entra lo colectivo ahí?
– Es luchar contra un mundo capitalista en dónde lo individual prevalece y dónde te han enseñado a luchar por lo tuyo, pero lo tuyo como individuo. Entonces siento que muchas de las consecuencias que estamos sufriendo como sociedad en temas de violencia, crimen organizado, en un país como México, es el resultado de ese sistema que te va poniendo desde las escuelas la competencia, ser el mejor, la excelencia, trabajar para lo individual y muy pocas prácticas colectivas, o casi nulas, en realidad trae como consecuencias graves a la misma sociedad en la que vivimos. Entonces para nosotros la referencia siempre va a ser Cherán a partir del movimiento. Para nosotros fue una ruptura que significó que tenemos que retomar lo colectivo porque esto no puede seguir así.
– ¿Cómo fue el proceso de Cherán? ¿Qué me podés contar? ¿Vos que edad tenías?
– Uy! Yo en ese momento 21 años.
– Eras chavita chavita.
– Yo estaba en la universidad de Morelia.
– ¿Qué estudiaste?
– Contaduría. (risas) Si nadie me cree, parece una mala broma. Siento que también soy de una generación que ha cambiado mucho. Porque si bien Cherán es un pueblo de veinte mil habitantes, pues cuando te vas y estudias cosas como esa, luego tu realidad se sitúa en otro lugar lejos de aquí. Siendo realista las escuelas nos preparan para contextos que no propiamente son el tuyo. Eso también ha sido parte de una reflexión que hemos tenido, porque las prácticas o el cómo subsistía la comunidad está cambiando mucho, muy tajante en las últimas generaciones. Entonces antes, todo el mundo salía, y salir significaba hacer tu vida en otro lugar. Y hay mucha gente que así salió, porque esa era la tirada. Te buscas algo para subsistir y mantenerte y quedarte en otro lugar y punto. Es una manera de hacer tu vida: lejos y con un ingreso seguro. Pero, con otras condiciones sociales que quién sabe de qué magnitud. Pero eso era la lógica de todos. Y de hecho yo recuerdo que me cuestionaban por qué regresaba yo cada fin de semana. Y yo lo hacía porque Cherán no estaba lejos. En una hora y media yo estaba en Cherán. Entonces yo cada fin de semana me volvía.
Y cuando pasa lo del 15 de abril, ese viernes justo yo estaba por venirme, porque eran dos semanas de vacaciones por el tema de semana santa aquí en México, y mi papá y mi hermano habían ido a Hidalgo a hacer un trámite y me dijeron “espéranos y nos vamos juntos”. Y yo los esperé ese viernes y acá ya había tronado todo. Recuerdo que siempre, como vivía yo sola, ponía las noticias sólo por tener ruido en la casa y escuchar algo aunque a veces no le pusiera atención. Pero en el noticiero de las tres de la tarde en cinco minutos estaban pasando una nota de Cherán y de que las cosas estaban mal. Yo intenté comunicarme pero ya las líneas no funcionaban. Y al final mi mamá se logra comunicar conmigo y me dijo “no te vengas, dile a tu papá que no se venga”. Y yo ya dije “no se qué está pasando pero esto no va bien”. Y le conté a mi papá y le dije que algo había visto en las noticias pero que lo habían cortado. Y ya las comunicaciones no funcionaban. Y mi papá me dijo “pues con más razón vámonos” y llegamos y Cherán parecía un pueblo fantasma. A esas alturas ya se habían formado las barricadas, llegamos acá como a las seis de la tarde y ya estaban bloqueadas las centrales, entonces el autobús de miedo no se quiso acercar a Cherán, entonces nos tocó caminar. Entonces entramos y mi papá como muy desesperado empezó a preguntar a algunos señores qué pasaba y todos estaban sin información muy certera pero ya asustados diciendo que aquí las cosas ya no están bien. Y todo mundo desesperado, y la comunidad desierta. Los pocos que nos cruzamos nos contaron lo que había pasado: que habían detenido al narco, o sea a los talamontes, que los tenían en el calvario.
– ¿La policía? o ¿quiénes?
– No, las mujeres. Las mujeres de Cherán.
– ¿Cómo?
– Las mujeres fueron las que se le atravesaron a una camioneta de talamontes que venían con madera. Eran como seis mujeres. Vecinas que dijeron “ahora” o quién sabe qué va a pasar. Hay muchas historias de cómo fue realmente. Sólo dos dieron testimonio porque fue un acuerdo de ellas mantener el anonimato por motivos de seguridad. Pero una de ellas dijo que lo que les había dado mucho coraje fue ver a un señor ya muy grande llorando en la puerta de su casa, porque decía que los talamontes ya estaban llegando al ojo del agua, que es una parte muy emblemática para Cherán, porque Cherán siempre ha sufrido temas de agua, históricamente. Y desde ese lugar se abastecía siempre de agua Cherán, había un sistema de tubos que llegan desde allá a la comunidad, desde la cofradía. Y aunque actualmente ya se han instalado pozos de agua y que ya no se usaba tanto, simbólicamente es el lugar donde nace el agua para Cherán. Pero era muy fuerte que a ese lugar lo estén debastando. Y las señoras dijeron “pues ya”. Y al resto de la comunidad no le quedó otra que unirse a lo que ya estaba pasando.
Y en el primer momento también, algo que tardó mucho en reconocerse, es que los jóvenes son quienes le hicieron la segunda a las mujeres. Primero porque había un grupo de jóvenes muy cerca al momento de los hechos, pero también los jóvenes son los responsables de que esa misma noche la gente empezara a salir a las calles. Porque dicen que, eso a mí no me tocó, porque sólo ocurrió en el centro, pero nos cuentan las señoras de las calles principales que había una camioneta con muchos muchachos que gritaban “no tengan miedo, somos de Cherán”, porque en ese momento no se sabía quién era quién, entonces ellos gritaban que era de Cherán, les aventaban trozos de leña y les decían “tenemos que salir, esto no se va a solucionar escondiéndonos”. Entonces estaba la incitación.
El relato de Yun del modo en que empezaron la fogatas es un fiel reflejo de cómo de manera casi mágica, de un modo que haría bailar de alegría a cualquier ancestro, la cultura comunitaria se hace presente, para reunir, para defender el propio territorio y para despertar la memoria dormida.
– Todos empezaron a salir. Y cuentan que salían medio temerosos y ahí se pusieron a hablar entre vecinos: es que a mí me dijeron esto, y a mí me dijeron lo otro. Y así haciendo fuego iban platicando. Y aparte ese fuego, no sólo en Cherán, sino en la cultura purépecha, en los pueblos de Michoacán, el fuego significa como ese lugar donde compartes la palabra. Cuando el fuego está encendido, la gente platica alrededor de él. Lo bonito es que todas las generaciones tienen la misma atención al compartir su palabra y no hay restricción. Así como un niño te cuenta una historia, el abuelo también te cuenta algo y tu tienes que escuchar porque estamos ahí.
Entonces eso salió a las calles. Y eso empezó a cambiar la percepción. Por ejemplo en mi caso, saludaba a mis vecinos por respeto pero ni siquiera sabía en su mayoría qué pensaban ellos, cómo eran ellos, incluso bien como se llamaban. Todas esas cosas que tu no las conoces, porque son los vecinos que viven ahí, pero la fogata se convirtió en algo de convivir veinticuatro horas y desde ahí empieza a surgir ese sistema de organización, porque la misma fogata tenía que organizarse para decir a ver cómo vamos cubriendo todos los horarios, para que no se quede sólo tantas horas nosotros, tantas horas tal. Cada quién empezaba a tener una guardia, siempre definida. Había todo un rollo de acuerdos.
– ¿Y por dónde se fue el narco?
– Ah el narco uf… A varias de las compañeras les tocó esa parte fuerte. Cuando ocurre todo, o sea la idea de cercar las entradas principales y las calles, las calles se empezaron a bloquear, todo el mundo empezó atravesar palos, llantas, lo que se pudiera, el punto era cerrar el paso. Pero en la salida a Samora está el colegio de bachilleres, a mi hermana y a la generación de ella son lo que tienen ese sentimiento más vivo, porque ellos estaban a las 7 de la mañana cuando todo estaba pasando, y a ellos nadie alcanzó a decirles ya no vayan, muy pocos se enteraron que estaba pasando algo y decidieron no ir a la escuela. Pero nos que si fueron estando adentro empezaron a notar camionetas armadas afuera de la escuela, y no pocas, unas treinta camionetas armadas afuera, que eran los mismos que bajaban la madera, que estaban ya listos, armados para entrar a la comunidad, entonces ese sentimiento también para los profes. O sea, a todos nos tocó vivirlo de manera diferente pero dolorosa. Y no se cómo le hicieron pero empezaron a desviar a los chavos por las calles de atrás y decirles “derechito a sus casas” y muchos tienen esa impresión. Le tocó a Dani y a muchas mujeres que están con nosotras en mujeres por la memoria. Entonces cada quién se fue como pudo. Y a los dos días ya había un rompimiento con la policía. La gente dijo en vez de confiar en que la policía iba a yudarnos a nosotros ellos iban a liberar a las personas detenidas por la comunidad. Y cuando la comunidad nota eso los destituye. Les dice “ustedes no son más nuestro vigilantes ni policías y tienen veinticuatro horas para salir de la comunidad y dejen las armas y dejen las patrullas”.
– ¿Y había un gobernante de la ciudad o cómo le llaman?
– Ah un presidente municipal. Y él no es que lo hayan corrido luego luego pero él se fue de la comunidad. Y así los primero reportajes que agradecemos, fueron de los medios comunitarios, los alternativos que fueron llegando. Entonces sus imágenes empiezan a circular y luego luego surgió un sitio que se llamó micherán.com dónde se estaba informando qué estaba pasando. La idea de tener el sitio era decir lo que estaba pasando al interior. Y entonces empezaron a captar esas miradas de los medios comunitarios y la noticia estaba saliendo. Y a la par de que algunos medios empezaron a circular la nota le hablaban al presidente comunal, y este señor ya ni estaba en Cherán y decía “no es cierto, en Cherán todo está bien, acá no pasa nada”. Y las imágenes ahí diciendo todo lo contrario. Y eso no era cierto, no era nada cercano a la realidad. Entonces también con eso se reiteró que se desconocía al ayuntamiento.
– ¿Y los policías también se fueron todos?
– Si, casi no eran de aquí de Cherán.
– ¿El gobierno de Michoacán intervino de alguna manera?
– No. A final nosotros decimos que también hasta eso sirvió. Que el gobierno del estado no haya hecho nada fue una prueba más para decir que no se estaba poniendo atención a lo que estaba pasando. Entonces recuerdo que las primeras movilizaciones fueron a Morelia y no se avanzó gran cosa en las mesas de diálogo que empezaron a abrirse y después fueron más movilizaciones a ciudad de México. Y las demandas eran que los organismos que deberían poner atención a lo que estaba pasando acá no lo estaban haciendo. Y eso fue también un argumento para decir “te estamos diciendo estado lo que está pasando y tú no nos pelas, así que si tú no puedes, pues lo vamos a hacer nosotros”. Entonces por eso el caso de Cherán como muchos lo conocen tuvo resonancia pues, por eso, porque ni siquiera nos saltamos el proceso con la autoridad. Aquí hubo todo un proceso. Había solicitudes como de atención, membretadas, firmadas, contestadas. Pero jamás jamás se puso atención en hacer algo. O al menos decir “bueno, sentémonos a hablar.” Nada. No hubo nada. Entonces al final esos fueron todos argumentos que se usaron.
– ¿Cómo entraron esa noche uds? ¿Venían de Morelia, verdad?
– Caminando.
– Pero, ¿entraron por una de las calles que ya estaba cortada?
– Si, ya estaba todo cerrado pero sí había acceso peatonal. Pero a parte nadie estaba llegando.
– ¿Cómo fue tu impresión cuando te encontraste con los fuegos?
– Pues, si era de susto porque no lograba yo entender qué era lo que estaba pasando. Hasta el transcurso incluso de los días que todos empezaron a contar su versión, que mi hermana nos contó lo de la gente armada afuera de la escuela, y bueno todos esos testimonios te hacían creer. Y luego acá nosotros estamos acá a una de las salidas, llegaba la gente muy asustada diciendo “ya van a entrar” y el “ya van a entrar” significa que la gente armada ya iba a entrar y ahí quién sabe lo que pase.
– ¿Cuánto tiempo estuvieron con estos fuegos?
– La parte fuerte pues si nos llevó más de un año completo.
– ¡WOW! ¿Manteniendo el fuego?
– Si las fogatas estuvieron. El movimiento inicia el 15 de abril.
– ¿De 2010?
– De 2011. Pero la resolución como tal en la corte la tuvimos hasta mayo de 2012.
– ¿Qué dice esa resolución?
– Que se nos daba el derecho al ejercicio pleno de la libre determinación. Cuando se logró probar que sus formas no estaban funcionando y que Cherán quería regresar a sus formas propias de organización. Costó un año que se lograra.
– ¿Y cómo se organizaron después? ¿Cómo es el gobierno actual de Cherán?
– Desde esos primeros momentos lo que pasaba era que las asambleas se iban retomando. Hubieron asambleas que duraron horas, incluso días y ahí se decía qué íbamos a hacer, cómo le íbamos a hacer, todas las cartas se echaban ahí. Y ahí fue la reflexión sobre correr a los partidos políticos porque eso no nos funcionaba. Y sí es cierto, Cherán era una sociedad fragmentada en un nivel exagerado, hablamos de episodios violentos por diferencia de ideología política partidista, donde decían “ay no le hables a tu tío porque ese es del PAN”. O sea de verdad había banda entre familia. Entonces era un desmadre esto. Y ahí llegó la reflexión de que eso también nos está dividiendo y jodiendo. ¿Cómo es posible que ni entre familia podamos platicar porque resulta que ya no hay confianza? Entonces esa reflexión surgió y la palabra de los mayores también fue importante. Porque osea, en este diálogo que tienen los viejitos que dicen “es que en mis tiempos” hasta suena raro, pero en serio en sus tiempos había prácticas que eran exitosas que no entiendo por qué luego nadie las tomamos. Entonces cuando decían “nosotros salíamos a hacer las rondas”, la idea de la ronda era una idea muy presente que se hacía de manera voluntaria una vez a la semana en el pueblo y que así previo aviso entre vecinos conocidos acordaban verse en un lugar para hacer una ronda por el pueblo y ya, y así decían “antes se hacían y se hacían frecuente”. Y pensábamos “¿y por qué lo dejamos de hacer?”. Y luego decían “no y cuando hay alguien a la cabeza no tiene que ser una persona, tienen que ser varios, para que piensen, se cuestionen y decidan lo mejor”. Y entonces dices “si es cierto, si antes eran muchos por qué chingados tenemos un presidente que se siente con el poder de mandar al otro”. Y a parte también la enseñanza fue como en 2008, cuando empezó a haber un tema de protesta social importante en Cherán por todo lo que venía pasando hubo un profesor que fue muy visible, exageradamente visible y entonces la gente no decía que hay personas manifestándose, la gente decía “la gente del maestro Leopo está haciendo esto” asumiendo un líder. Y ese asumir un líder llevó a que el estado lo desapareciera a los meses de que iniciaran las protestas y lo encontraron muerto en un camino en un pueblo vecino de aquí. Y por supuesto que las protestas se disuelven. Era como y al que le siga le va a pasar lo mismo, así de simple. Entonces dices “íjole qué jodido” pero eso ya eran antecedentes que Cherán tenía. Por eso cuando se inician las mesas de diálogo en Cherán se instauró una comisión general que era designar personas de cada barrio para decir que ellos son los portadores de la palabra de Cherán para ir a hablar con estos señores del gobierno. Y ellos eran muy honestos. Cada vez que venían de una reunión de gobierno decían “nos ofrecieron esto y esto por decirles los nombres internos y les dijimos que no hay, que somos todos”. Y eso fue lo que ayudó a mantener mucho. Y así entendimos que la lógica está en los consejos, qué estamos haciendo buscando otras cosas. Y se decide eso. La coordinación general que se propuso que era del mismo número de integrantes, que era de tres representantess por barrio, se mantuvo como consejo mayor, que es lo que da cabeza a nuestro actual sistema gobierno comunitario.
– ¿Cómo es ese sistema?
– Cherán se compone de cuatro barrios. Caca barrio, aunque son de diferentes dimensiones, tienen diferentes números de fogatas, es muy variable, hay dos que son más grandes, hay uno que es súper chiquito, el otro es como mediano, pero cada uno tiene una parte proporcional de representación. Para el consejo mayor son tres representantes por barrio. Cada barrio tiene que elegir y nombrar a tres representantes para que sean los doce del consejo mayor. Pero en los consejos operativos que actualmente son ocho, hay una representación por barrio, entonces cada consejo operativo funciona con cuatro titulares, uno por barrio. Y todas las comisiones que hay igual, se van formando de manera equitativa. Por ejemplo, es raro, pero el caso por ejemplo del instituto del desarrollo para la mujer: “se ocupa un psicólogo, una dentista, una doctora y una abogada” y como se reparte de a uno pasa que al barrio tal le toca la dentista, al barrio tal le toca la abogada (risas) y luego si en un barrio no hay dicen “ay caray, pues cambien con el otro barrio” pero el rollo es que quede equilibrado.
– Me encanta. ¿Y cada cuánto van rotando?
– Cada tres años. El único que duró más fue porque aunque no estaba legalmente ya funcionaba el sistema de consejo mayor, entonces al primer consejo mayor que fue al que le tocó la batalla de ganar esto, duro casi cuatro años. Porque fue durante todo el movimiento, mientras esperábamos que salga a favor.
– ¿Desde el primer momento se organizaron así?
– Si, con el consejo mayor y los operativos.
– ¿Y existe también respeto en el número de hombres y mujeres?
– Intenta haberlo. También es algo que se ha abierto en la comunidad porque si bien es cierto que las mujeres son como la parte activa y que mantiene la esencia del movimiento tampoco se les puede obligar. Y yo también siento que es un proceso ir tomando esos espacios. Y sí ha sido un cambio bastante notable. En nuestro primer consejo hubo una mujer. Y eso que para la segunda estructura el reglamento decía por barrio mínimo una mujer de esas tres personas que van a ser. Si hay más bienvenido pero mínimo una. Y en el segundo hubieron tres mujeres. Y en el tercero también tres mujeres. Pero ahora ya son cinco mujeres de doce, casi la mitad. Eso también te da gusto. Y pensando en que el proceso de Cherán a largo plazo tiene que tener sus adecuaciones porque todo es dinámico, la cosa cambia siempre. Entonces dentro de la primer estructura de gobierno no se había pensado un espacio propio como tal para las mujeres. Ni para los jóvenes. Entonces hasta la segunda convocatoria para ser parte de la estructura de gobierno en 2015 se abre el consejo de jóvenes y el consejo de la mujer. Y entonces ahí es a mí cuando me toca entrar y ser parte del primer consejo de jóvenes. Tocó que el barrio me nombrara y ahí ya no tienes escapatoria. (risas).
– ¿Cómo te nombran?
– Cada fogata reflexiona sobres sus propuestas y luego dice “hay que nombrar a tal persona para esto, a fulano para lo otro”. Cada fogata debe llevar al menos una propuesta a la asamblea. Y el día que se va a nombrar el consejo de jóvenes, el de la mujer, el de educación cada fogata tiene que decir “nosotros pensamos a fulano de tal para que desarrolle tal tema, o para que esté en tal estructura de gobierno” Todos los que van para lo mismo, por ejemplo en mi caso había otras fogatas que habían pensado a alguien para el consejo de jóvenes. Entonces a todos los que nos nombraron nos piden que nos paremos. Luego te suben a una silla y la gente se tiene que formar detrás de ti. Todos se tienen que formar y cuando terminan comienza el conteo y el que tiene el conteo más alto se queda. Y así se van eligiendo los consejos.
– ¿Cuántas personas tenías detrás tuyo? ¿Te acordás?
– (Risas) Y como cuatrocientas.
– ¡Wow! ¿Cómo te sentiste?
– Con mucha presión. Todo el mundo me decía “tu vas a quedar” y yo “no, que no está en mis planes”. Yo estaba en la radio en otras cosas y pensaba ojalá quede alguien que podamos trabajar juntos. Quería colaborar pero más desde la comunidad. Y entonces entre el querer y que la gente quiera. A mí incluso me agarraron de bajada, porque mi fogata había pensado en una propuesta para bienes comunales. Y yo me quedé con esa reflexión “mi fogata va a llevar a Don Luis para bienes comunales” y cuando llegamos ahí me la cambiaron. Y yo “qué pasó?” y “no que Don Luis dijo que prefiere esperar que mejora alguien más y dijimos que tu”.
– ¿Qué edad tenías?
– En 2015… veinticinco.
– ¿Cómo fue esa experiencia?
– Pfff y se nota el compromiso. Cada quien tenemos distintos niveles de compromiso. Por ejemplo, de los cuatro titulares una tronó. No duró ni un mes con nosotros. Dijo “no no no uds no tienen ni horarios para comer, yo necesito mi vida normal” Y con los tres que quedamos trabajamos muy bien el primer año, pero los del compromiso sólo fuimos dos.
– ¿No se nombró a otra persona?
– El barrio dijo que sí, pero al final nunca se resolvió. Y con este compañero si hasta nos desvinculamos de la familia para estar al servicio, porque como estábamos en el tema de jóvenes organizábamos muchas actividades los fines de semana. Si estábamos muy metidos en eso. Nuestras familias se tuvieron que desacostumbrar a contemplarnos en sus planes por casi tres años. Y empezamos también a hacer una parte muy visible, desde esta idea de compartir la experiencia desde acá porque también cuando el consejo mayor recibía cierto tipo de invitaciones, pues ellos estaban en la locura de lo que pasaba día a día y también la realidad es que a ellos se les hacía más complejo por sus familias, sus hijos y todos sus deberes poder salir a esos espacios. Y se le empezó a hacer fácil decir “pues van los jóvenes” Y empezaron a mandarnos y empezamos a salir mucho. Yo recuerdo a mí a la semana de entrar me tocó ir a un foro en la ciudad de México y acompañar a las integrantes del consejo mayo y estar ahí. Y después notaron que compartíamos bien lo que nos pedían ya ni nos consultaban, nos decían directamente “hay esto y tienen que ir” Y así empezó a dinámica de salir de la comunidad. Mínimo mínimo hubo tiempos en los que salíamos incluso cada semana, pero mínimo dos veces al mes. A veces hasta recorríamos distancias largas pues por cubrir algún espacio de diálogo o algún evento o conferencia. La idea era aprovechar esto que se dice de “lo jóvenes no piensan y son arrebatados” y usarlo a favor de nuestro proyecto. Una de las partes fuertes que nos tocó fue convocar a un grupo de jóvenes, porque Cherán con el estado de Michoacán tuvo más conflictos, porque cuando ya estaba todo ganado a nivel nacional el estado decide modificar leyes internas y entonces empieza todo un tema legal de nuevo. Y en esa discusión algo de lo primero que se estaba llevando era un foro sobre los pueblos indígenas en la sala superior en Toluca del poder judicial de la nación y los abogados que estuvieron llevando el caso del Cherán que eran del colectivo emancipaciones, nos dijeron muy preocupados que había una magistrada que se llama Ana que se estaba queriendo colgar todo el proceso de Cherán. Y nos dijeron que ellos lo podían decir pero que iba a quedar muy mal porque lo debía alguien de la comunidad, Y entonces: “pues que vayan los jóvenes” (risas) Entonces convocamos a un grupo de jóvenes. Y ahí me tienes todo el camino explicando que alguien se estaba echando flores de que Cherán existe gracias a ella pero que nosotros ni la conocemos, entonces lo que había que hacer era entrar pase lo que pase, tomar el micrófono y decirlo, y que los únicos que reconocemos como acompañantes son a emancipaciones. Llegamos y nos mandaron a otra sala porque la principal ya estaba llena. O sea, nosotros sólo estábamos mirando una pantalla. Y nos volteamos a ver que iba a ver un descanso entonces dijimos “en el descanso todos se meten y se apartan lugares en la sala principal” Y nos metimos y cada quién quedó en distintos espacios. Y al momento de pedir la palabra yo si logro conseguir el micrófono y me tocó decirle todo eso a la señora esa que se estaba colgando todo el proceso y decirle a Ud ni la conocemos y gracias. (risas). Primero nos estuvieron haciendo pedos para entrar de que no estábamos en la lista y así una serie de cosas. Y ni siquiera dejamos que acabara el foro o que ella nos diera una respuesta, soltamos el micrófono y cada quien instintivamente se levantaron de dónde estaban y nos salimos de la sala, y emancipaciones nos siguió. Y abandonamos el espacio.
– Decime por favor que eso está filmado.
– (risas) Quizás del canal. Y nos fueron a buscar que por favor volviésemos que era muy importante la voz de los pueblos originarios. Y nosotros nos fuimos. “No no gracias” y ya. Pero eso tipo de cosas ya era como una tarea hacerla. Entonces cada vez era más frecuente.
– ¿Cómo te sentiste agarrando ese micrófono?
– Bien porque ya me lo habían aplicado antes. Antes del movimiento y una de las causas por las que yo estaba en el consejo era que en 2011/2012 yo estaba en una banda de ska, de aquí de Cherán que era la única que había. Y yo era la única mujer con un grupo de chavos ahí intentando tocar algo.
– ¿Tocas la guitarra?
– Si. Y un día nos dijeron que para el primer aniversario de Cherán venía Roco de la Maldita Vecindad, y nos dijeron “quieren acompañarlo va a tocar a Morelia para que uds también sean parte del evento” y allá fuimos. Y los compañero acá super rudos preparando el discurso porque era Roco pero al final nos tocó salir después de Roco y pensábamos que ya no iba a haber nadie. Pero cuando salimos estaba lleno el lugar, pero exageradamente lleno el auditorio. Y mis compañeros entraron en pánico escénico y ya no más me aventaron, ni me preguntaron, fue como “tu habla”. Y tocó hablar. Siento que a partir de eso
también fue decir “ahí estás y tienes que sacar las cosas”. Y entonces yo hablaba y la gente reaccionaba, en un espacio de multitud. Yo creo que eso me curó de espanto. Y ya desde ahí me tocó exponer un montón de cosas, primero en Morelia luego en Cherán. Y si esa fue una de mis tareas. Me tocó enfrentarme a públicos como grandes. Ese fue el papel que nos tocó, ser los incómodos.
– Los rebeldes que no piensan.
– Igual en temas de comunicación. Una cosa muy fuerte y que mucha banda que me recuerda de Oaxaca en un foro internacional sobre medios indígenas y comunitarios yo estuve en un panel para empezar con una bola de bueyes que trabajaban temas en ese entonces de intranet, ellos ya lo trabajaban, y de telefonía celular, y yo era de radio. Entonces ellos diciéndome que “si quiere nosotros ocupamos más de su tiempo”. O sea, como si yo no quisiera yo usar el tiempo completo de mi palabra ellos estaban dispuestos a ayudarme y usar más tiempo hablando de sus proyectos. (risas) Es que al final un micrófono es muy poderoso cuando estás frente a multitudes. Y cuando llegó la hora de la hora todos se pusieron muy nerviosos, pero cuando me escucharon hablar se quedaron todos callados. Y públicamente también dije que Radio Fogata no necesitaba una concesión porque tenía el aval de la asamblea que era la máxima autoridad y que eso estaba reconocido en el estado y que por eso nuestra radio no era una radio ilegal, porque a parte la nombraban como ilegal.
– ¿Por qué decían que era ilegal?
– Porque no tenía un permiso de la secretaría de comunicaciones en México. Y era como “no, no necesitamos pedirte ningún permiso porque tenemos una resolución que dice que acá, en nuestro territorio, la máxima autoridad es la asamblea y además en este territorio las ondas las consideramos nuestras”. Uy no cuando me bajé del panel toda la gente del instituto de telecomunicaciones se me fue encima y me tenían rodeada. Y me decían que si yo les firmaba algo ellos en corto me bajaban una concesión, que es algo que tarda como seis o siete años. Y me decía que ya y medio atosigándome. Y yo como haciéndome a un lado. Y una compañera que estaba atenta se cruza la sala y que “la necesitamos en tal lado” y me saca. Nosotros lo tenemos muy claro, nosotros no queremos una concesión. No vamos a ir en contra de las lógicas de la comunidad. Y ellos “¿qué sería ir contra de las lógicas de la comunidad?” Y Yo: “Nosotros no vamos a poner el 10% de la programación para hacer propaganda de los partidos políticos. Eso no se puede”. Y ellos “bueno, pero no es para tanto”. Y yo “No, eso no se puede. Eso es ir contra nuestro proyecto”. Y a todo el mundo le sacaba onda como ese tipo de cosas. Incluso hasta para ser parte de la radio tenemos que tener muy claro eso. La radio en un momento fue súper estricta. Yo llegué ahí llegué porque me invitaron, como ya hacía radio de antes.
– Si es cierto que andas de metiche por todos lados.
– (risas) Me habían dicho si quería dar un talleres y así empecé.
– Luego del consejo de jóvenes, ¿estuviste en otra parte del gobierno?
– Me tocó colaborar con un grupo de cultura aquí en Michoacán. Pero el proyecto duró sólo un año.
– ¿Esos cargos tienen algún tipo de sueldo o es puro servicio?
– El de la estructura de gobierno tiene una compensación pero es simbólica, de eso no vives.
– Quería preguntarte porque en lo que yo vengo recorriendo veo que hay como un vínculo súper estrecho, que no sé exactamente de dónde vendrá, entre la defensa del territorio y el ser mujer.
– Si
– ¿Verdad? (risas) Y con esto que me contás que fueron un grupo de mujeres las que se pararon frente al narco, y vos siendo mujer indígena en este territorio, qué vínculo sentís que existe entre ser mujer y defender la tierra.
– Uy. Yo siento que la vida en sí es ese vínculo. Hay que tener muy en claro que sin el territorio la vida no existe. Sin el territorio nosotros no existimos. Y el territorio no sólo como este espacio físico. Cuando se habla de territorio a veces sientes que la gente sólo piensa en en pedazo de tierra, en una extensión determinada de tierra y eso no es cierto. El territorio es toda la memoria de nuestros ancestros, ancestras; es la forma de vida que tenemos acá; el aire que respiramos; es defender también las ondas que nos atraviesan y toda esa parte espiritual que también se tiene. Y entonces siento que desde ser mujer, y no es por menospreciar a los hombres, pero si hay una parte sensible que te hace sentir entender la relación con la tierra de una manera muy diferente. Como en un rollo de presentimientos, de conexión, del cuidado de las plantas, de saber que esa es una primera opción cuando tenemos por ejemplo un mal, en todos los sentidos, del corazón, de sentimientos, físico, esa primera opción nos acerca mucha más a tener presente el territorio. Y en Cherán es una de las prácticas más valiosas que aún no se ha perdido, si tu tienes un mal primero está una planta a tu alcance, en tu patio, y después está lo demás. Pero es una opción muy presente siempre. A mi sorprende cuando hemos trabajado con niñas, niños, todos tienen identificado lo básico que puedes tomarte cuando te sientes mal y lo que tienen en su jardín. Y eso es algo que en otros lugares no pasa, pero siento que es algo que está muy presente porque las mujeres lo van compartiendo. Tu mamá te enseña “esto es esto y sirve para tal cosa y se llama así, y no lo toques así” o sea todo ese conocimiento heredado pues el vínculo está ahí. Mi mamá luego sale y ve ciertas nubes y dice “va a llover” o “no, hoy no va a llover” y todo ese rollo que dice “ay cómo le hace” pero el conocimiento está ahí heredado, legado, absorbido, mamado de todas las partes posibles pero está ahí. Para mí está claro que con las mujeres esa conexión funciona de manera muy diferente.
– Volviendo al momento de cuando se inició todo. ¿Qué percibís distinto de Cherán ante y Cherán ahora, en relación a los vínculos o las diferencias que vos veas?
– Pues, siento que más bien ahora definitivamente tenemos vínculos, que eso antes no pasaba, definitivamente se han creado vínculos con la misma gente de nuestros entornos. Sentir confianza y seguridad con las personas que nos rodea o que nos topamos en la calle, que no te genere miedo que quizás en otros espacios si pasa, como desconfiar mucho. Es algo que siento que Cherán es uno de los pocos lugares que pasa eso. Nos sentimos seguras, seguros cuando vamos caminando que eso antes no pasaba. Y eso no significa que no haya cosas que tenemos que seguir pensando, cambiando, enfrentando. Antes de la pandemia en diciembre se hacen muchas actividades que también raro, se llaman así fogatas porque era un momento de convivencia en diciembre y era en las calles, poner música, hacer un par de fogatas y estar ahí, convivir. Y eso ha quedado. Y en una de esas veces que veníamos, ni tan tarde, caminando de la plaza a aquí a la casa, y nos empieza a a seguir un coche con chavos borrachos, y nos sigue y nos sigue, y se nos traviesa y atraviesa, y yo me molesté mucho y llamé a la ronda y les dije que esto no está bien. Y la ronda llegó y les dije que nos estaban siguiendo y molestando. Y yo estaba indignada porque decía “esto no puede pasar en Cherán”. Y una amiga mía de Colombia estaba sorprendida porque decía qué cómo me había hecho caso la ronda y yo toda encabronada. (risas). Y cuando expusimos todo al final el resolutivo que nos dieron fue que se disculparon y a parte estos chavos venían del estado de México y yo les dije que cuando la banda llega tienen que aprender acá hay formas y que eso no se hace, que no puedes asustar así a una mujer sólo porque va caminando sola y tu te le atraviesas, eso no es posible. Entonces por eso yo estaba súper enojada y mi amiga “pero cómo hiciste que vinieran”. Y además cuando pararon y estaba el show en corto unos vecinos nos vieron y me preguntaron “qué pasó Yunuen” y nos trajeron en carro a la casa. Otro amigo igual paró con su moto “qué pasó Yun” todo el mundo atento. Y ya sabes que si estás viendo una situación que no está chida, tu te puedes meter y te tienes que meter. Porque estamos todos y todas de responsables. Un poco siento yo, Cherán no es una receta para nada, pero siento que el sentido común se aplica con estas situaciones, nos tenemos que meter si queremos que esto cambie, y lo jodido de lo que vivimos cambia cuando tu asumes que también es tu bronca y que puedes estar en los zapatos de esa persona cuando menos te lo esperas. Entonces las cosas hay que frenarlas. Así se sigue trabajando, y para la gente que llega o que no está en la dinámica tiene que aprender.
– ¿Hay una organización de justicia?
– Si, hay un consejo, que se llama consejo de procuración, mediación y conciliación de justicia.
– ¿Cómo funciona?
– Igual que todos, un representante por barrio y ellos se distribuyen las tareas, se dividen por temas, familiares, sociales, o delitos graves. Hay una cuestión si es un delito grave, tiene que salir de la comunidad para interponer denuncias públicas y todo eso. Si es una situación familiar, a veces pasa que con las herencias no hay acuerdos, bueno el primer reto es el diálogo, y se sientan a hablar, hablar y hablar y si no llegan a ningún acuerdo de verdad y ellos deciden que el caso se saca, se saca y procede otra cosa. Se hacen acuerdos con actas internas. Y luego también con los jóvenes, porque aquí también hay gente muy dramática que dice “es que tenemos graves problemas de alcoholismo en la comunidad”, que a veces sí, pero comparado con otros sitios yo siento que no tanto. Pero cuando el joven es menor de edad y está en estado de ebriedad y lo llevan, se hace un primer llamado de atención, se llama a los padres. Son tres llamados de atención. A la tercera lo llevan a un centro de rehabilitación en Cherán, pero negociar no estar ahí es la tarea del joven y sus papás. Pero eso ya es un acuerdo previo el ir allá. Y ya luego las mamás “ya metanlo de una vez” (risas)
– Yun me gustaría que hablemos un poquito de tu trabajo en SeraPaz
– Servicio y asesoría para la paz. Si Serapaz es una asociación civil que tiene veinticinco años de historia, que empieza cuando en Chiapas había que establecer mesas de diálogo entre la gente del EZ y el gobierno. Serapaz estuvo cercano a Cherán en sus inicios, no propiamente en la parte política pero sí como una escuela de paz regional. Yo no los conocía pero trabajaron con un grupo de señores y señoras que se dedican a la medicina tradicional de aquí de Cherán, entonces era hablar de las formas propias de vida y de las prácticas ancestrales, y esa fue como la relación. Después cuando yo estuve en el consejo de jóvenes estuvimos cercanos porque fuimos parte de la campaña “en defensa de la madre tierra y el territorio”, nos involucramos en eso y recibimos hasta un concierto de rock aquí. (risas) La plaza de toros la cambiamos para un lugar de concierto.
– ¿Había una plaza de toros?
– Si hay. No se hacen sacrificios de los animales pero si hay un juego entre los que montan los caballos y los que montan los toros. Es parte de la fiesta tradicional de aquí. Adaptamos ese lugar y seguimos en contacto. A mi me toca hacer la transición entre mi salida y el consejo que quedaba. Ese es otro rollo cuando estás tan comprometida no es tan fácil librarte. Luego me buscaban y yo decía que no, que ya no era parte del gobierno de la comunidad. Igual me querían invitar como una habitante de Cherán y entonces seguí en contacto.
– ¿Es una organización de México?
– Si, de México. Tienen una oficina en CDMX y otra en Chiapas. Y yo soy el caso raro que entró hace seis meses. Está la idea de seguir manteniéndome en territorio, pero hubo como una cuestión de ser parte del equipo de defensa de tierra y territorio, por un poco el antecedente y también, creo yo, con una buena intención de entende.r también los procesos desde la gente de los procesos. Y es un poco practicar la metodología de paz pero que tiene que ver con la transformación positiva de conflictos. La gente por lo general en los conflictos ve algo desgastante y que solo genera algo malo, más bien serápaz dice también se puede construir una posibilidad a partir de un conflicto que se identifique. Esa labor se acompaña en varios estados en la república y entonces nos toca salir a territorio y ese es parte del acompañamiento que se da. Y me gusta mucho porque es con esta mirada de familia, comunidad, es un trabajo integral, en donde importa todo. No es sólo una cuestión política, no es sólo una cuestión aislada, sino que tiene que ver con el entendimiento de los pueblos y me gusta que serápaz sera este generador, no sólo de puentes para el diálogo con el gobierno, con el estado como tal y con las comunidades, sino que también hay una puesta significativa en tratar de generar condiciones para los actores sociales que ayuden a que la batalla sea más equitativa. Que las condiciones traten de aproximarse a que si nos falta por ejemplo más conocimiento en el tema de leyes, o fortalecimiento en el proceso interno, como de tener claridad de lo que estamos buscando y por qué lo estamos buscando. Digamos que son pequeños pasitos por lo menos para cuando hay un diálogo con el estado sea más equitativo. Y eso hacemos desde serapaz y me a mí me toca estar ahí. Es muy bonito conocer el territorio las comunidades. Hay lugares muy lejanos que están en procesos bien duros. Hay muchos escenarios de violencia que se viven en Michoacán pero también pasa en otros lugares. Son diferentes tipos de violencia pero que igual son responsabilidad de estado.
– ¿En qué territorios estuviste?
– Con ellos estuvimos acompañando procesos en Chihuahua, en Colima, en Campeche.
– ¿También están en procesos de autonomía?
– Las comunidades que más están en ese proceso son las de Michoacán. Por eso acá hay una mirada importante en posicionar el tema del ejercicio de la libre determinación, porque acá está pasando. Pero también hay muchos otros lugares donde la búsqueda está ahí. De manera tal que hay una articulación que serapaz ha impulsado que es la alianza por la libre autodeterminación y la autonomía que funciona a nivel nacional, que se conforma de diferentes luchas, diferentes pueblos pero también de diferentes asociaciones que acompañan como en temas de seguimiento legal o de análisis de propuesta de reformas a las leyes. Todo este sentido desde donde podemos impulsar para generar las condiciones de los pueblos. La claridad es que se respete las garantías de los pueblos indígenas originarios y que también se respete y derecho al ejercicio de la libre determinación. Son muchas experiencias ahí colaborando y eso nos lleva a tener relaciones con muchas partes del país: Chiapas, Oaxaca, CDMX, Colima, Puebla, hay mucha gente involucrada. Y también hay un tema importante de articulación de mujeres que se está dando en muchos lugares.
– ¿Cherán es miembro del Consejo Nacional Indígena?
– No.
– ¿Por qué?
– Ahí que los que son simpatizantes del CNI debería dar una respuesta, porque eso nos lo preguntamos todos. A veces desafortunadamente me entero de más cosas de las que debería. (risas) Pero hay una realidad que hay gente que se dice personalmente simpatizante y que han estado muy cerca, pero yo me enteré en otros espacios que les habían dado la tarea de analizar la propuesta cuando sale esta idea de que Marichuy iba a lanzarse y desde el consejo, pero al interior ese debate nunca se abrió. Cuando surge esa propuesta yo estaba en el consejo de jóvenes, pero no podíamos posicionar el tema nosotros como integrantes de los consejos porque no había una comunicación directa. No había ninguna petición de tratar ese tema, entonces cómo íbamos a tratar un tema que nadie estaba pidiendo. Y era muy difícil porque cuando llega una invitación o algo nadie lo llevaba a la asamblea. Y nosotros no teníamos nada de información directa, si hubiésemos tenido una llamada, una carta o algo entonces sí. Y fue un poco decepcionante. Y aparte el grueso de la población tenía otras lógicas que igual siento que son muy válidas. Estaba la claridad de que no se iba a ganar pero sí que se le iba a hacer ruido en su fiesta electoral. Pero el punto era que Cherán no quería entrar en esas sus formas y eso era una contradicción para Cherán. Tampoco podíamos aplaudirlo públicamente porque desde acá estábamos diciendo otra cosa.
– ¿Y tienen contacto con el EZ?
– No, ese es el tema. No hay un enlace. Había dos personas simpatizantes del EZ pero una ya falleció. Y si ellos no plantean el tema en asamblea no hay mucho que se pueda hacer porque no hay comunicación directa. O sea podemos dar opiniones personales pero si no se discute no podemos decir que sea un sentir de la comunidad. A nivel personal si me parece muy plausible la idea de enfrentarse a ese monstruo electoral. Pero muchas veces los res postales llegaron en ese son “¿no van a dejar entrar las urnas para votar por Marichuy?” Y pues no, porque esa fue una determinación de hace diez años.
– Para terminar se me ocurren tres preguntas. Por un lado me gustaría que me cuentes que sentís que define a la comunidad purépecha, porque cada pueblo tiene su particularidad. También hablemos de nuevo de esto que veníamos hablando por calle de que no se nombran como organización de derechos humanos. Y por último me gustaría preguntarte tu postura frente a los feminismos.
– Pues en el tema de la cultura, o lo que nos identifica, siento que son estos valores que nos han legado nuestros padres, nuestro abuelos porque muchas veces no es que sea una cuestión oral, sino más bien la práctica. La práctica es hacer esto significa esto o apoyar en esto. Entonces tu creces entendiendo que hay que apoyar al otro, que hay tareas que no te las tienen que decir poro que te toca colaborar, que cuando hay una faena se tiene que ir porque es una tarea de todos. Muchas veces se nos ataca, y me pasó recién: “es que ya no hablan purépecha” pero bueno, el lenguaje es un elemento pero no nos identifica en su totalidad para considerarnos o no purépecha. Sino que es toda esta serie de vivencias, del estar, de como nos abordamos. Desde el lenguaje sí es importante que nos pensamos desde el nosotros que las lógicas capitalistas te rompen porque piensas en individual, todas etiquetas individuales, todo te separa individual. Y acá en el purépecha es el pensarnos en nosotros y yo siento que incluso tiene enseñanzas que son más fuertes porque en el purépecha no existe ni el género, porque hay un respeto. Porque depende de lo que hablemos se entienden las cosas. Pensar que la lengua es tan grande que al castellano sólo se puede hacer una aproximación, casi no hay traducción literal. Hay a una aproximación a lo que se quiere decir pero que es mucho más amplio. Entonces siento que lo que nos identifica es estar ahí y apoyarnos entre nosotros. Acompañarnos. Todas esas cosas son las que te van marcando y dices pues acá estamos.
Eso que no nos consideramos organización de derechos humanos es interesante porque hemos aprendido que esta idea de los constructores de paz es más cercana porque, y específicamente hablando del trabajo con comunidades y lo digo también porque desde Cherán nos tocó vivirlo; por ejemplo cuando el consejo de honor y justicia decía exhibir a quienes robaban, eso por derechos humanos era una contradicción. En eso se entiende también el trabajo de serapaz porque respeta que cada quien tenga sus condiciones y sus prácticas que son muy propias y muy de los contextos. Además no estamos sólo reclamando por los derechos humanos sino que es mucho más amplio. En el rollo de enmarcar sólo los derechos humanos no alcanza, se tiene que extender al tema del territorio, de la vivencia, del estar ahí, de la parte cultural. Esta idea de transformar un conflicto en una posibilidad o muchas posibilidades o abrir muchos caminos a mi me convence más que lidiar el choque que se puede generar desde los derechos humanos.
– Lo que yo observo y cuestiono es que el discurso de los derechos humanos a veces es un poco cerrado. La discusión gira alrededor de si se violó o no algún derecho humano, si se defiende o no se defiende y a veces la arista es mucho más grande. Y además suele ser un discurso más bien individualista y en cual el tema de los pueblos a veces no entra. Y creo que es al revés si el discurso de los derechos humanos no sirve para una determinada cuestión no sirve y ya. Porque también se quiere imponer como única respuesta.
– Y con los feminismos en general, hablando localmente, cuando nos preguntában nosotros decíamos que no éramos feministas, porque quizás cada quien podamos tener su idea con respecto a eso, la realidad es que nosotros hablamos del papel de la mujer y de lo que está haciendo realmente. Es muy particular desde el pensar una comunidad purépecha como al interior, trbajando sus formas, términos como esos para nosotros vienen de otra parte. Entonces no los puedes adoptar acá porque es algo nuevo que está llegando pero que nosotros no lo sentimos como propio. Porque también es un lenguaje nuevo. Sirve mucho más preguntar “cómo definirías lo que hace una mujer acá” y ahí surge todo. Las mujeres son las que llevan la parte organizativa, quienes llevan el enlace, quienes están proclamándose por la vida. Es como un rollo sí político pero no nos encajamos en algo que quizás no tenemos tan claro y que tampoco lo consideramos como un lenguaje propio. Nosotros sólo describimos lo que las mujeres acá hacen, sin en-marcarnos en algo. Aunque si hay muchas compañeras súper pro en el tema de las corriente. Aquí sólo visibilizamos en papel de las mujeres y cómo hay cambios significativos que se están dando: el cambio de rol al interior de la familia, las mujeres en la estructura de gobierno, la mujeres en reuniones importantes, las mujeres tomando la palabra en las asambleas, las mujeres tomando el micrófono en una propuesta, las mujeres marchando al interior de Cherán gritando “nos arrebataron una vida” por ejemplo. Todas esas actividades no las enmarcamos propiamente en este otro lenguaje aunque quizás en algún otro momento adoptemos de otra manera más potente, pero por el momento no.
– ¿Hay algo que a vos te parezca importante contarme?
– Nada más una mención. En Cherán somos muy críticos entre nosotros mismos y creo que esa es una de las cosas que ha permanecido para que el proyecto salga a flote. Generalmente las asambleas son muy duras y no es un espacio donde te elogien por lo que estás haciendo. Sino al revés es muy cuestionable lo que estás haciendo. Pero esas han sido nuestras dinámicas de poner el diálogo al centro y de abrir temas que consideramos importantes y aprender también del chisme, cómo lo tomamos para que nos sirva y haya claridades.
– Se me ocurre preguntarte ahora: Después de que ya se establecieron como gobierno autónomo, ¿Cuál considerás que haya un conflicto difícil de atravesar?
– Hubo varios. El feminicidio de la compañera Guadalupe Campanur en 2018. No la mataron aquí pero sí en un municipio vecino y el autor si fue una persona de la comunidad. El feminicidio que es algo que en la vida hubiéramos pensado que iba a llegar acá ya estaba llegando y eso era alarmante. Eso no obligó a organizarnos como mujeres y a llevar esto a las asambleas. Hubo mucha tensión al interior. Salió el típico discurso de que “si la mataron es por algo”. Fue una discusión muy fuerte, esas cosas tenemos que seguir trabajándolas al interior y si duele. De repente hay muchas cosas caminando y escuchar algo como eso yo siento que es un gran retroceso. Pero afortunadamente cuando visitamos los barrios si estaban esas claridades de que estábamos hablando de una vida, de una mujer de Cherán, de una integrante de la comunidad y que por lo tanto no era un tema familiar sino de que se estaba tocando una comunidad al arrebatarle una de sus integrantes. Hicimos una manifestación en silencio con velas, leímos un pronunciamiento fuerte y claro a toda la comunidad y esos siguen siendo retos internos duros. Incluso paso que mujeres intelectuales de la comunidad se echaron para atrás. Y ahí te das cuenta de que como mujeres también todavía nos falta.
– ¿Fue el miedo?
– Yo creo que sí. Pero también por más que te la pases escribiendo sobre el ser mujer indígena de Cherán si no lo acompañar con la práctica pues no sirve. Y ahí sí nos toco decepcionarnos de expectativas que teníamos en ciertas mujeres de la comunidad que se dicen trabajando por las mujeres de Cherán. Son cosas fuertes que quedan para reflexiones. Qué tanto sirven determinados grados académicos para vivir en comunidad.
Cuando terminaron la larga charla Yunuen y la Otra Julia fueron hasta el living de la casa, La Otra Julia comenzaba a despedirse y el papá de Yunuen interrumpe su ida. ¿Sos argentina? Si. Y luego le preguntó si conocía Fito Páez, Baglietto, Fandermole. La parte más rosarina de La Otra Julia no podía sentirse más orgullosa pero otra parte no terminaba de creer en tanta magia. Al papá de Yunuen le dio también mucha emoción que La Otra Julia sea rosarina. Y así comenzaron a hablar de música. El papá de Yunuen también es músico, y se nota que sabe mucho.
Qué manera tan mágica tiene Rosario para conectar con Cherán.
Algo une a todos los pueblos que luchan. De eso no hay dudas.
De este modo La Otra Julia conoció el corazón de otro habitante de Cherán: primero por sus tristezas, luego por su familia después y por último por su pasión por la música.
Porque de eso estamos hechos: de dolores, pasiones y relaciones.
Con música rosarina sonando en su corazón se despidió de esta maravillosa familia y siguió su viaje.
Ya se la cruzaran en su andar.
Para contactar con Yunuen: https://cherancrea.com/yunuen/